Disfruté mucho leyendo a Ernesto
Bolio en esta pieza y me imagino que habrá tenido mucho trabajo para organizar
todas estas ideas al intentar definir a una persona madura. Creo que para
encontrar la naturaleza de un individuo y los factores que han hecho que se
comporte de una manera o de otra se necesitarán miles de años y honestamente
deseo que siga habiendo cierto misterio. Por supuesto para fines mercadotecnia
nos ayuda mucho comprender todos estos rasgos que definen la personalidad pues
así podemos comprender cómo somos y cómo son nuestros consumidores.
Lo que sí es
cierto es que el texto me dejó claro que es muy difícil alcanzar esta “personalidad
madura” que contempla desde el ser objetivo, autónomo, reflexivo, visionario hasta
tener un sentido del humor y capacidad de amar verdadera. Seguramente existen
rasgos de todos estos factores en muchas de las personas y en nosotros mismos
pero no siempre los desarrollamos, buscamos o reconocemos. Para esto haría
falta lo que bien está inscrito en el templo de Apolo en Delfos: “conócete a ti mismo” (Aguiló) . ¡Y cuánta falta
hace conocernos, analizarnos y reconocer cómo somos!
A medida que
iba yo analizando todas estas características me iba cuestionando: ¿realmente
tengo sentido del humor incluso cuando se trata de mis defectos? ¿he trabajado
en tener una mayor armonía sexual? Pues si estos temas no los analizamos
primero frente a un espejo, no podremos conocer a los demás tampoco.
Personalmente,
por ejemplo, creo que la objetividad me falla mucho. Es muy difícil reconocer
mis limitaciones y de hecho creo que para las mujeres hoy en día es un tema muy
complicado. La idea de ser “súper mujeres”, estudiar, trabajar, ser amas de
casa, ser esposas, amantes, hijas, madres y además estar sanas, guapas,
inteligentes… El sólo pensarlo me abruma y día con día lo intento pero es muy
difícil reconocer “en esta ocasión no puedo” sin pensar que se ha tirado la
toalla o que se ha fracasado…
Finalmente,
una de las oraciones que más tuvo sentido para mí fue en la que Bolio dice “madurez significa, por de pronto, saber cuál
es mi fin…” e incluso cita a Víctor Frankl (Bolio y
Arciniega) .
Continuamente buscamos sentido a nuestra vida y si no lo encontramos vagamos
por ella desmotivados, enojados con los demás y con nosotros mismos.
Honestamente desconozco si la mercadotecnia podría ayudar a resolver este
problema, lo dudo mucho, pero lo que sí podría es a ayudar y a entender a aquéllas
personas que pasan por distintos momentos a tener un mayor bienestar. El rol de
conocerse será competencia y responsabilidad de cada uno.
Bibliografía
Aguiló, A. (s.f.). Fluvium. Recuperado el 10 de
junio de 2013, de Conócete a ti mismo:
http://www.fluvium.org/textos/etica/eti415.htm
Bolio y Arciniega, E.
(s.f.). Personalidad madura. Istmo.
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