Spero y Stone en su artículo
hablan de un aspecto que, aunque muchos discutimos en la calle, pocas agencias
lo han tomado en serio y por lo tanto, pocos prestadores de servicios o
constructores de productos lo han aplicado. Se trata de las generaciones de
jóvenes que están cambiando el comercio. Cabe aclarar que los autores hacen una
muy oportuna aclaración sobre la falta de tino en la ya consolidada clasificación
de públicos por edad (pubertos, adolescentes, adultos-jóvenes, etc.) pues para
conocerles hace falta mucho más que tomar en cuenta este concepto. Para
realmente interactuar con ellos, y no sólo eso, sino que trabajar con ellos,
hace falta tomar en cuenta variables endógenas y exógenas como lo son su estilo
de vida, los grupos en que se desenvuelven, etc. (Spero & Stone, 2004) .
Desde mi
perspectiva y a la par de como bien lo describe el artículo, hoy en día contamos
con herramientas como las redes sociales para conocerlos y ver a estos
consumidores actuar. Desde las más tradicionales como Facebook y Twitter hasta
los chat-rooms y espacios virtuales, tiendas on-line, etc. constituyen no sólo
herramientas de promoción y comercialización sino que nos permiten “estar ahí”
con nuestros clientes, observándolos, recibiendo retroalimentación, etc. No es
ninguna sorpresa que varias transacciones se lleven a cabo en línea y que
también sea vía internet que fidelicemos a muchos de los consumidores.
Particularmente, en el lugar en donde trabajo, Facebook ha sido la herramienta
más utilizada y con un rotundo éxito. Personalmente la utilizo para trabajar
con mis alumnos, para dar asesoría, etc.
Una obra de
Andrés Roemer que leí recientemente hablaba sobre algunas de estas
características. Se llama “No. Un imperativo de la generación Next” en el cual
el politólogo describe que todos aquéllos nacidos desde los años 70 a los años
90 del siglo pasado conforman una “generación Next” con ciertas características
entre las cuales destaca la afición por la alta tecnología y los rápidos
cambios en el entorno (Roemer, 2007) . Otro texto de la misma índole se
encuentra en el blog del citado autor en el cual describe el éxito de la red
social Facebook al compararla con una aldea en la que los principios de
convivencia y comunidad aplican de la misma manera que en el mundo real dada la
naturaleza reptiliana de los seres humanos (Roemer, El Blog de Andrés Roemer, 2009) . Muy recomendable
también este texto.
Relacionándolo
con lo discutido en anteriores lecturas, me parece que todas estas nuevas
tecnologías y espacios virtuales reflejan la importancia de la rivalidad entre
los bienes de búsqueda y los bienes de experiencia. Claramente los jóvenes
están en búsqueda de nuevas experiencias, ellos prueban un espacio o un foro y
deciden si lo comprarán posteriormente (Casares Ripol, 2003) . Por supuesto, hay
muchos aspectos emocionales vinculados a estas experiencias y para dar en el
clavo habrá que saber más que de tecnología, un claro ejemplo lo da Coursera al
implementar la enseñanza en línea. No sólo se trata de tecnología, las personas
quieren calidad y un valor agregado en aquello que deciden consumir. Toda la
experiencia deberá ser como mínimo, equivalente al tiempo y esfuerzo invertido
(siendo uno de los precios considerados como más caros por los jóvenes), pero
además, deberá tener la ventaja de fidelizar al consumidor en un primer intento
pues es posible que de no satisfacer esta exigencia, no vuelva a probar el
producto o servicio que ofrecemos.
Bibliografía
Casares Ripol, J. (2003). El nuevo paisaje del consumo. Distribución
y consumo (julio-agosto).
Roemer, A. (2007). No. Un
imperativo de la generación Next. México: Aguilar.
Roemer, A. (21 de septiembre de 2009).
El Blog de Andrés Roemer. Recuperado el 9 de junio de 2013, de
Facebook: la tribu de 300 millones de personas:
http://www.andresroemer.com/blog/es/?p=318
Spero, I., & Stone, M. (2004).
Special Report. Agents of change: how young consumers are changing the world
of marketing. Qualitative Market Research: An International Journal.
Volume 7. Number 2., 153-159.
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