viernes, 21 de septiembre de 2012

Empresas DEC y Ciba-Geigy en el equilibrio vida profesional- vida personal

 

Me parece que en esta ocasión corrí con suerte pues, a pesar de que me faltó publicar lo aplicable de las lecturas a mi caso de estudio antes de la clase de ayer, la discusión que generamos me sirvió para reflexionar sobre lo que ahora voy a escribir. Además aprovecho y escribo en el que, desde ahora, será mi caso de estudio que irá en el sentido de cómo encontrar un adecuado equilibrio entre la vida profesional y la vida personal/familiar (gracias George por autorizarlo J ).

 

Pues bien, resulta que en nuestra conversación en clase a favor y en contra de las prácticas de estas dos empresas fue que empecé a entender al “otro”, es decir, a los que habían elegido a Ciba-Geigy por identificarse más con su cultura. Fue muy chistoso porque desde un principio me auto-califiqué como “soy totalmente DEC” y al empezar a platicar hubo un momento en que entendí aquéllas cosas que eran importantes o valiosas para el otro y no sólo entenderlas sino ver que también llegan a ser importantes para mí. Sobre todo me identifiqué con lo que mencionó Federico pues él comparó las dos maneras de trabajar: en DEC completamente acelerada, múltiples visitas en la oficina, con falta de tiempo para comer tranquilamente… y en Ciba-Geigy, cumpliendo con los objetivos pero posiblemente trabajando de manera menos intensa, más programada, con más tiempo y pequeños “lujos”, lo que él tradujo a una mayor calidad de vida.

 

Debo reconocer que me movió el tapete cuando mencionó estas tres últimas palabras. A ver… si yo soy “totalmente DEC” ¿por qué rayos me interesa tanto encontrar el “equilibrio vida profesional-personal” o viceversa? ¿qué no se supone que ese ritmo de vida, esa intensidad, me gusta? ¿son compatibles los dos paradigmas de trabajo?



 

Esto lo traduje a mi vida laboral. Me ocurre lo siguiente: como dije, mi puerta siempre está abierta, para profesores, estudiantes, antiguos alumnos y el que pasa a visitar… pero esto reduce considerablemente el tiempo que me queda libre para trabajar, reflexionar, acabar antes, hacer ejercicio, entre otros. Incluso, al ser de tiempo completo, ocurre que en muchas ocasiones doy clases al medio día, a las dos o tres de la tarde, y por consecuencia me quedo a comer en el campus. Esto tiene otras implicaciones, que es el no comer en casa muchas veces, ni ver a mi familia hasta en la tarde, pero además, también significa compartir la cafetería con alumnos, profesores, etc. por lo cual en ocasiones, quienes nos quedamos “continuamos trabajando” pues no falta quien se acerca para una asesoría o para comentarte de algún proyecto, etc. La verdad es que no me molesta mucho en realidad, pero sí es verdad que todos necesitamos un “break” y hay ocasiones en que esto se interpone en el camino a ese equilibrio del que vengo hablando. Por otro lado, también debo reconocer que cada vez que veo que un alumno tiene la confianza suficiente para sentarse a platicar conmigo a la hora de la comida, invitarme a su mesa o viene un exalumno a visitarme o a pedirme algún consejo, siento una satisfacción y alegrías enormes y reconozco que me daría tristeza si no “me tomaran en cuenta” (citando también a Federico).

 

En pocas palabras y como pueden ver… me encuentro entre la espada y la pared. A pesar de que le sigo apostando a la cultura de apertura, servicio y austeridad de DEC es posible que en el fondo y en algunas ocasiones también anhele el apapacho de cariño que da Ciba-Geigy a la parte ejecutiva de sus empleados (¡qué convenenciera ¿no?!)

2 comentarios:

  1. Me identifico contigo Liz en estos pequeños gustos y dilemas "aparentes".

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  2. Me super identifique contigo, imagínate tengo un horario de 11 a 9 de la noche, por lo que no tengo mucho tiempo libre, y lo que tengo entre el novio, amigos, maestría y familia, siempre terminas mal con alguien, es un tema muy interesante pues el encontrar el equilibrio no es nada fácil :)

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