Leer este fragmento me dio una
especie de escalofríos, sobre todo por la referencia que hace… Creo que hay
fechas que se quedan “congeladas” en nuestra memoria, que al recordarlas
incluso duelen. Para mí han sido varias, por ejemplo, recuerdo perfectamente el
terremoto de 1985 a pesar de que en ese momento yo tenía la edad que ahora
tiene mi hijo: cinco años. El once de septiembre también lo recuerdo, pero esa
memoria es distinta pues el desastre no fue vivido de primera mano, sino a través
de los medios, como acertadamente lo describe el texto (Shiffman
& Kunuk) .
Es curioso, las
dos fueron catástrofes de enormes magnitudes y de gran trascendencia, las dos
me perturbaron y marcaron enormemente, pero una la viví en carne propia y la
otra “me hicieron vivirla” los medios. En el ’85 me encontraba en mi casa y
pude ver la angustia de mi abuela y de mi madre. Una de plano se tiró debajo de
la cama y la otra se hincó a rezar. La lámpara de candil de un pasillo parecía
que se iba a desplomar, el agua de la fuente se salía, los muros crujían… En
cambio, el 11 de septiembre de 2001, me encontraba en Angers, Francia, con mi
madre y una de mis mejores amigas pues estábamos a punto de iniciar un programa
de intercambio académico. Tuve la ocurrencia de llamar a casa de mi novio de
ese entonces, el cual me indicó que corriera a la primera televisión que
encontrara porque acababa de pasar algo terrible. Muy obediente hice que corriéramos
al primer café en el cual observamos la repetición del conocido video de CNN en
el que un avión se estrellaba primero contra la torre norte del World Trade
Center y el segundo contra la sur. La catástrofe duró horas pues se fueron desplomando
poco a poco, la transmisión fue continua.
Entonces “viví”
a través del televisor, los estruendos, la ceniza, la gente corriendo,
gritando, buscando… Lo viví una y otra y otra vez, ese día en la noche, la
siguiente a la mañana, un mes y un año después.
Así los medios
de comunicación no sólo han formado parte de mi vida como una herramienta sino
que han “construido e intervenido” mi vida de tal manera que la huella que han
dejado es difícil de borrar. Lo mismo ocurrió en diciembre de 2004 con el
Tsunami en Tailandia y alrededores, con la muerte de Juan Pablo II en 2005, con
la renuncia de Benedicto XVI este año… Por supuesto no todo es malo y hay de
magnitudes a magnitudes, también hay quienes viven “la pasión del fútbol” en
los mundiales, las olimpiadas (“recuerdo” las de Barcelona con especial
nostalgia) o incluso el día de hoy en el partido de España contra Italia. Así
supongo también que habrá algunos otros que “viven” la ceniza y erupciones de
nuestro hermoso volcán Popocatépetl (qué bueno que no las respiran).
Es más, hay
eventos que se viven y se reviven, como el asesinato de John F. Kennedy de
quien justamente acaban de difundir un video con distintas tomas desde que
llega al aeropuerto de Dallas hasta que es hospitalizado (Redacción. Periódico Excélsior, 2013) . Dicho video aparte
de encontrarse en los distintos periódicos y noticieros nacionales el día de
hoy, también se encuentra, como debe ser hoy en día, en las redes sociales.
Otro medio de comunicación que forma parte integral de nuestras vidas.
Dato curioso
es que incluso, a estos medios, les abrimos las puertas de nuestra casa por
primera vez para “vivir” ciertos eventos. Para algunos fue el alunizaje, para
mi madre fue
la coronación de la reina Isabel II. No es de sorprendernos por lo tanto, que al recibir en nuestro hogar
a los distintos medios, lo hagamos a la par a las distintas marcas. Para muestra
basta un botón y cierro con esta pregunta: ¿recuerdan qué se encontraban
consumiendo en el momento de alguna de las tragedias que mencioné? Yo sí.
Bibliografía
Redacción. Periódico
Excélsior. (27 de junio de 2013). Revelan video completo del asesinato de
John F. Kennedy. Recuperado el 27 de junio de 2013, de Excélsior:
http://www.excelsior.com.mx/global/2013/06/27/906201
Shiffman, & Kunuk.
(s.f.). Comunicación y comportamiento del consumidor. En Comportamiento
del consumidor (pág. 291).
No hay comentarios:
Publicar un comentario