La retroalimentación, siempre
hemos comentado, es una de las tareas más importantes en el desarrollo de una
organización. Por la manera en que se da, un consultor, un profesor o un líder
se podría dar a odiar o amar. Por lo tanto, el realizarla correctamente es
imprescindible para que la persona que la reciba lo haga con apertura y esto
consolide un aprendizaje en el ámbito profesional o incluso personal.
Block, en su libro de “Flawless consulting”, menciona que, en
algunas ocasiones "a clear picture may be enough", que el
70% de la labor del consultor consiste en mostrarle un retrato fiel a la organización
de sí misma para que ésta aprenda, solucione problemas, tome decisiones. Una
técnica relacionada con lo anterior es el "mirroring",
es decir, el reflejar mediante una actuación/interpretación, la conducta de una
persona o grupo de personas para que las mismas identifiquen qué rol juegan en
una dinámica que contribuye u obstaculiza el alcance de sus objetivos. Esta técnica
también se utiliza para entrenar personal, terapias familiares, etc.
Justo esta semana, dentro de
uno de mis grupos de sucesión, una alumna sugería esta técnica para demostrar
la difícil comunicación que están teniendo los miembros de una empresa
familiar. Lo anterior me pareció interesantísimo y aunque riesgoso podría
constituir una manera de retroalimentar sin utilizar palabras, calificativos,
etc. Es decir, enfocando este proceso a uno de reflexión y autodescubrimiento
para que los personajes aludidos se “encuentren o vean” en lo proyectado,
saquen sus propias conclusiones y por lo tanto, tomen decisiones al respecto
que les ayuden a resolver una problemática en específico.
Sin relacionarlo directamente,
en otra de mis clases en donde platicaba con mis alumnos sobre responsabilidad
social corporativa y dando los ejemplos de Toks, ADO, etc. (que aproveché de
Sarah y Celina por cierto, me quedé con curiosidad del de Moni), comentamos
también el ejemplo de mercadotecnia responsable de Dove el cual ha tenido una
excelente recepción desde hace varios años. Como en todo equipo de enorme
riqueza hubo otra alumna que añadió valor a la charla y nos mostró uno de los
últimos videos, también de la campaña “Dove por la Belleza Real” que ha causado
gran impacto por todo lo que revela (incluso salió en CNN este fin de semana). Se los comparto por este medio y líneas abajo
lo desgloso (recomiendo primero verlo).
Como podrán haber pensado, más
oportuno no pudo ser. ¡Este video transmite tantas cosas! Mi primera reflexión
fue ligarlo obviamente a la responsabilidad social de la empresa, lo bien
alineada que estaba la estrategia con su publicidad, etc. Posteriormente, se me
puso la carne de gallina al pensar sobre la veracidad de lo que plasma, ¿cómo
podemos ser bondadosos, responsables, generosos con los demás si muchas veces
no lo somos ni con nosotros mismos? ¿En dónde empieza la responsabilidad social
entonces?
Finalmente, leyendo el
capítulo 14 de Block, me entusiasmó pensar en la magnífica herramienta de
retroalimentación que construyeron en este ejemplo. Ni si quiera se necesitaron
palabras para demostrar a las mujeres involucradas en el experimento que al
formar su “autoconcepto” habían sido mucho más exigentes, duras, intolerantes
consigo mismas. ¿Qué fuerte no? ¡Somos el menos misericordioso de nuestros
verdugos al evaluar nuestras fallas y con eso vivimos toda nuestra vida si
nadie nos da retroalimentación! Por supuesto que las palabras, como bien se
podría descubrir del video, no son suficientes pues en ocasiones no les damos
toda la credibilidad. A veces, una imagen dice mil palabras, en este caso creo
que fueron incluso más.