domingo, 27 de octubre de 2013

Alfonsina, vestida de mar

 

En este mes se celebra la lucha contra el cáncer de mama. Asimismo, el pasado día 25 de octubre, cumplió su aniversario luctuoso la poetisa Alfonsina Storni  (sí, aquélla en cuya memoria se escribe la melodía de “Alfonsina y el mar” de Ramírez y Luna). De esta  escritora tuve la fortuna de encontrar un compendio de sus poemas hace algunos días. A pesar de haberla leído ya en alguna ocasión, fue un placer leerla un poco más. No cabe duda que los libros, así como la música y ciertas fotografías, marcan nuestra memoria. En fin pues, que no quise que pasara desapercibido siendo tan oportuno a estas fechas, el recordar a esta mujer que rompió paradigmas, padeció esta terrible enfermedad y nos legó su hermosa poesía.




Alfonsina nació en Capriasca, Suiza, en 1892,  pero desde los cuatro años fue llevada a Argentina, país del que adquirió su nacionalidad. Contemporánea, conocida y amiga de autores de la talla de Amado Nervo, Manuel Ugarte, Rubén Darío y Horacio Quiroga entre otros, obtuvo importantes premios literarios que la hicieron conocer ampliamente en todos los países latinoamericanos, destacándose entre sus obras, «Languidez», «El dulce daño» y «La inquietud del rosal». Frecuentó los círculos literarios y dictó conferencias en Buenos Aires y Montevideo; colaboró en las revistas Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La Nota y en el periódico La Nación. En la década de 1930 viajó a Europa y participó de las reuniones del grupo Signos, donde asistían figuras importantes de las letras como Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna.  Fue madre soltera, hecho que no era aceptable en su época y uno de los rasgos más característicos de su producción fue un feminismo combativo en la línea que se observa en el poema “Tú me quieres blanca”. En 1935 es diagnosticada con cáncer de mama, del cual fue operada si mucho éxito. Sufriendo varias depresiones, el 25 de octubre de 1938 decide quitarse la vida arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres al Mar de la Plata.


De ella transcribo algunos poemas favoritos que espero disfruten.

La caricia perdida

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos ... En el viento, al rodar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida, ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va,

si no ves esa mano ni la boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de llamar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida ¿me reconocerás?


Nada

El día que te acerques
Vendrán mujeres muchas,
Vendrán morenas bellas
Y vendrán dulces rubias

A disputarte; y ellas
Harán, con donosura;
Tu elogio, por lograrte,
Sin acertar ninguna.
 
Y yo no tendré miedo
De morenas ni rubias
Pues cerraré los ojos
Y te diré- Soy tuya


Oye

Yo seré a tu lado,
silencio, silencio,
perfume, perfume,
no sabré pensar,
no tendré palabras,
no tendré deseos,
sólo sabré amar.

Cuando el agua caiga monótona y triste
buscaré tu pecho para acurrucar
este peso enorme que llevo en el alma
y no sé explicar.

Te pediré entonces tu lástima, amado,
para que mis ojos se den a llorar silenciosamente,
como el agua cae sobre la ciudad.

Y una noche triste, cuando no me quieras,
secaré los ojos y me iré a bogar
por los mares negros que tiene la muerte,
para nunca más.






Fuentes:
STORNI, Alfonsina. Antología poética. Clásicos Losada. Editorial Losada. Buenos Aires, 1953.

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