En este mes se celebra la lucha contra el cáncer de mama.
Asimismo, el pasado día 25 de octubre, cumplió su aniversario luctuoso la poetisa
Alfonsina Storni (sí, aquélla en cuya
memoria se escribe la melodía de “Alfonsina y el mar” de Ramírez y Luna). De
esta escritora tuve la fortuna de
encontrar un compendio de sus poemas hace algunos días. A pesar de haberla
leído ya en alguna ocasión, fue un placer leerla un poco más. No cabe duda que
los libros, así como la música y ciertas fotografías, marcan nuestra memoria.
En fin pues, que no quise que pasara desapercibido siendo tan oportuno a estas
fechas, el recordar a esta mujer que rompió paradigmas, padeció esta terrible
enfermedad y nos legó su hermosa poesía.
Alfonsina nació en Capriasca, Suiza, en 1892, pero desde los cuatro años fue llevada a
Argentina, país del que adquirió su nacionalidad. Contemporánea, conocida y
amiga de autores de la talla de Amado Nervo, Manuel Ugarte, Rubén Darío y
Horacio Quiroga entre otros, obtuvo importantes premios literarios que la
hicieron conocer ampliamente en todos los países latinoamericanos, destacándose
entre sus obras, «Languidez», «El dulce daño» y «La inquietud del rosal».
Frecuentó los círculos literarios y dictó conferencias en Buenos Aires y
Montevideo; colaboró en las revistas Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La
Nota y en el periódico La Nación. En la década de 1930 viajó a Europa y
participó de las reuniones del grupo Signos, donde asistían figuras importantes
de las letras como Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna. Fue madre soltera, hecho que no era aceptable
en su época y uno de los rasgos más característicos de su producción fue un
feminismo combativo en la línea que se observa en el poema “Tú me quieres
blanca”. En 1935 es diagnosticada con cáncer de mama, del cual fue operada si mucho
éxito. Sufriendo varias depresiones, el 25 de octubre de 1938 decide quitarse
la vida arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres al Mar de la
Plata.
De ella transcribo algunos poemas favoritos que espero
disfruten.
La caricia perdida
Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos ... En el viento, al rodar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida, ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida rodará... rodará...
Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va,
si no ves esa mano ni la boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de llamar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida ¿me reconocerás?
Nada
El día que te acerques
Vendrán mujeres muchas,
Vendrán morenas bellas
Y vendrán dulces rubias
A disputarte; y ellas
Harán, con donosura;
Tu elogio, por lograrte,
Sin acertar ninguna.
Y yo no tendré miedo
De morenas ni rubias
Pues cerraré los ojos
Y te diré- Soy tuya
Oye
Yo seré a tu lado,
silencio, silencio,
perfume, perfume,
no sabré pensar,
no tendré palabras,
no tendré deseos,
sólo sabré amar.
Cuando el agua caiga monótona y triste
buscaré tu pecho para acurrucar
este peso enorme que llevo en el alma
y no sé explicar.
Te pediré entonces tu lástima, amado,
para que mis ojos se den a llorar silenciosamente,
como el agua cae sobre la ciudad.
Y una noche triste, cuando no me quieras,
secaré los ojos y me iré a bogar
por los mares negros que tiene la muerte,
Fuentes:
STORNI, Alfonsina. Antología poética. Clásicos Losada. Editorial Losada. Buenos Aires, 1953.
STORNI, Alfonsina. Antología poética. Clásicos Losada. Editorial Losada. Buenos Aires, 1953.
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